Korn han experimentado suficientes metamorfosis a lo largo de su carrera como para que nadie se escandalice con su última muda de piel. Con otros grupos se entendería la estupefacción, pero no con los de Jonathan Davis. Desde la profundización en el hip hop de “Follow The Leader”, hasta el juego de capas, efectos y melodías de “Issues” o el brillante“Untouchables”, llegando hasta “See You On The Other Side”, producido por The Matrix y Atticus Ross, con ritmos netamente bailables y el más cercano a éste “The Path Of Totality”. No estamos hablando precisamente de una banda acomodaticia. Digo esto porque, claro está, mucha gente se ha llevado las manos a la cabeza con la incursión de Korn en el dubstep. No deja de ser lógica cierta sospecha al tratarse de un estilo en boga, pero a priori no resulta una fusión tan descabellada. Máxime cuando los de Bakersfield se han asociado con algunos de los máximos y mejores exponentes de este subgénero, léase el pujante Scrillex, Noisia, Excision o Kill The Noise. Otra cosa es que los resultados no siempre acaben de cuajar. Justamente son las más contundentes “Let’s Go” (producida por Noisia) y “Get Up!” (conducida por Skrillex) las que mejor funcionan –el amasijo de samples y ritmos retorcidos de su tramo final, junto con el pegadizo estribillo, suman la mejor pista del disco-. Un trabajo extraño pero aventurado, que podría gustar a los seguidores de cierto tipo de dubstep y que nos deja algunos momentos interesantes.
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