Casi 20 años después de "Antichrist Superstar", su cumbre creativa hasta hoy, Brian Warner (nombre verdadero de la rockstar) se desgañita a lo largo de los 10 temas de "The Pale Emperor" con su habitual lírica, forzosamente provocativa, aunque muy lejos ya del ingenio que exhibía a finales de los 90.
La mayor novedad reside quizás en el sonido, menos industrial y menos metal que todas sus entregas anteriores. Ya desde el primer corte ("Killing Strangers") intuimos una orientación más puramente rockera, más cerca de Queens of the Stone Age que de Nine Inch Nails, aunque eso sí, aderezado con ciertas dosis de sintetizador.
Sorprende también qué, pese a la vuelta de Twiggy Ramírez, la totalidad del trabajo compositivo recaiga en manos de Tyler Bates, productor y autor de toda la música del disco. Bates, conocido por su trabajo en bandas sonoras para películas como Watchmen o Los Guardianes de la Galaxia, parece haber querido imponer un poco de meticulosidad a Manson. De hecho, los momentos más certeros del disco ("Slave Only Dreams To Be King","Odds Of Even") suenan casi cinematográficas. Sin embargo, temas como "Third Day Of A Seven Day Binge" o "The Mephistopheles Of Los Angeles" parecen evocar algún tipo de melancolía que es fácil confundir con desidia.
La voz de Manson parece apática, casi aburrida, en la mayor parte de los cortes del álbum. Nada que ver con la fiereza de antaño. Aún así, "The Pale Emperor" explota sin pudor todos y cada uno de los recursos estilísticos que hicieron reconocible el sonido de la banda ¡Si hasta recuperan el riff de "The Beautiful People" en "Birds of Hell Awaiting"! Marilyn Manson parece estar en lucha consigo mismo, sin llegar a decidir si lo que quiere es hacerse mayor o empequeñecer hasta terminar desapareciendo.
Muy buen artículo, gracias Tomás lo escucharé con cautela. 😉