Alguien quiso ver en Broadcast la máscara pop del talante abstracto del sello de Sheffield. Supongo que se refería a los “Booklovers” o “The World Backwards” de su debut “Work And Non Work” (Warp, 97), un mini-álbum de singles iniciales que apuntaron ya en su momento una única dirección: no dormirse en los laureles.
¿Cómo persistir en ello? Pues, incrementando los medios técnicos (una mayor variedad de teclados, aunque sin perder su timbre retrofuturista), el continuo cerco a las expectativas creadas (creación de estudio propio en Birmingham) y, sobre todo, llegando a controlar casi al cien por cien su sonido (discrepancias con un elenco numeroso de productores). En una palabra, firmeza que les ha llevado a la consecución de un álbum, el primero creado como tal, más rico en sonidos y en el que insisten en el sampleado de bandas sonoras (John Barry en “Unchanging Window”, Louis & Bebe Barron en “Minus 1” y ecos de Morricone en “Until Then”) y en el peso de la vocalista Trish Keenan en edulcorar -nunca adulterar- un resultado siempre cautivador. Las cuatro mentes únicas de Broadcast dejan claro que la manipulación del sonido no está reñida con el encuentro de la melodía (pop), ni que algo tan lejano como la psicodelia de los sesenta (con The United States Of America en cabecera) tenga aún tanta vigencia. Sin palabras.
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