Lluvia y Truenos

“Lluvia y Truenos” es el encuentro de dos músicos en un punto de madurez e inspiración envidiables, un mano a mano entre The New Raemon y McEnroe, o Ramón Rodríguez y Ricardo Lezón, que tras entregar el pasado año sendos discos que podrían considerarse como lo mejor de sus trayectorias se unían para trabajar en un disco a medias, aportando seis canciones cada uno. Lo mejor de todo esto es que no es tan sencillo ni podría reducirse a la suma de las partes, pues el valor principal del disco que nos ocupa reside en que no se trata únicamente de un espacio compartido en el que intercambiar composiciones, o en el que alternarse a las voces. Afortunadamente van un poco más allá.

Existe en él un esforzado acercamiento entre dos músicos en conexión, tanto en tono como en intención, generosos y dispuestos a arriesgar y salir de su zona de confort si es necesario, hasta el punto de que los temas no terminan de sonar exactamente a ninguno de los dos de manera aislada. Tras el sobresaliente “Rugen las flores”, Ricardo vuelve a tocar la fibra sensible como solo él puede hacerlo con temas como “Barcos” o “La Carta”, cimas del álbum, pero se sale de lo previsible en ritmo y en forma con “Malasombra” y sobre todo en “Cristo de los Faroles”, que cierra el disco con un curioso amago de ritmo latino.

En cuanto a la parte protagonizada por The New Raemon -aunque, como decimos, se trata de un álbum que es mejor entender como un todo debido a su enfoque-, parece desligarse ligeramente de la melodía y de la melancolía habitual en él para optar por un sentido más sensorial, desde la absorbente “Montañas” a las repeticiones de “Cuadratura del círculo” o “Fantasía Heroica”.

Producción preciosista al más puro estilo de McEnroe como banda, con multitud de detalles, y un resultado homogéneo a través de diferentes ópticas entre las que destaca la intensidad de “Malasombra” o ese pop luminoso y con ecos ochenteros que envuelve a “Gracia” (si no se trata de nostalgia, sin duda lo es esa edición especial en casete de parte de Subterfuge). En definitiva, un interesante ejercicio de retroalimentación, reposado y cautivador.