Hermanos y hermanas… ¿cuáles son vuestros deseos reales? Si están más
cerca de pegarle fuego a la cafetería que de sentarte a tomarte un café vacío
de sabor y lleno de marca, las palmadas y el groove de Tokyo Sex Destruction se
van a hacer fuertes en tu cabeza. Más que antes. “The Neighbourhood” no supone nada que no huela a perfecta adaptación
de nuevo miembro en grabación, líneas reflexionadas con escuadra y cartabón
privativos al servicio del bien público, falsetes que son gloria bendita a la
salida de una semana de cinco días que abre un paraíso terrenal de dos, un
ensamblaje de piezas que por culpa de jugar con el pasado en el futuro suena
atemporal. Efectivamente, “The Neighbourhood” es un disco enorme que incorpora texturas y capas inéditas en Tokyo Sex
Destruction (¿no es “Don’t Let My Hands Fall” un puro incendio?), que pone
banda sonora a la colocación de un artefacto y también a la huída tras la
explosión. Una huída solo para estar a salvo para preparar la siguiente acción.
Sexual y exigente, sucio e impecable, barriobajero en palacio y dandy en la revolución pendiente, así es el disco
definitivo de los catalanes.
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