La pasada campaña, The Mountain Goats demostraron encontrarse en un gran momento con la publicación del más que notable ‘Getting Into Knives’ (Merge, 20), en el que la banda insinuaba la seguridad del veterano sin perder con ello esa chispa de frescura y originalidad que siempre ha caracterizado al proyecto liderado por John Darnielle. Poco más de medio año después de aquella referencia, los californianos confirman el buen estado de su creatividad con el que según algunos cálculos podría ser el vigésimo álbum de su discografía.
‘Dark In Here’ (Merge, 21) es un compendio de madurez, en el que el cuarteto disfruta de esa sensación liberadora del que no tiene nada que demostrar, en un relativo cajón de sastre que, una vez más, vuelve a albergar no pocos aciertos en forma de canciones. Un disco que se mueve –de nuevo con agilidad– entre pop, indie, ramalazos country/folk, e incluso trazos jazzísticos. El título se abre con el minuto y medio de “Parisian Enclave”, a modo de aperitivo pop y antes de que suene la gema del lote (con permiso de la excelente “Arguing With The Ghost Of Peter Laughner About His Coney Island Baby Review”), concretada en esa “The Destruction Of The Kola Superdeep Borehole Tower” que bien podría haber estado en el mencionado antecesor, tras lucir como hermana pequeña del single “Get Famous”.
También destaca la bonita delicadeza de “Mobile” (recordando los buenos tiempos de Clem Snide), así como el clásico aroma norteamericano de “Dark Is Here” que además sirve para dar título al lanzamiento. Por su parte, “Lizard Suit” deriva en una suerte de free-jazz que enlaza de forma natural (al incidir en el género) con la línea melódica de “When A Powerful Animal Comes”, mientras que “The New Hydra Collection” y la fina ironía de “The Slow Parts On Death Metal Albums” desprenden cierto aroma ochentero. Una selección que se cierra con la elegante “Let Me Bathe In Demonic Light” y que, en definitiva, cuenta con mayoría de piezas situadas cerca de ese tipo de pop melódico y de línea clásica no tan habitual en el catálogo del grupo.
Aunque quedan fundados indicios de que el presente elepé esté compuesto, al menos en parte, por descartes de su anterior trabajo (no en vano se sitúa un par de peldaños por debajo de aquél), la banda cosecha buena nota media con el capricho de ver publicadas estas canciones. Y es que The Mountain Goats siguen agrandando su leyenda desde ese segundo plano tan asumido como productivo para sus intereses, y ‘Dark In Here’ (Merge, 21) no es sino otra muesca acertada que añadir a un revolver ya trillado pero que, al menos de momento, parece no dar fallos.
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