El problema de “The Menace” no es que las canciones sean tan horriblemente malas como el concierto de Benicàssim (no lo son), sino que Justine Frischmann quiere ser combativa y moderna y no le llega a Le Tigre ni a la suela de las Adidas. Justine quiere ser como Peaches (como muchos otros, la descubrió en Benicàssim y no se perdió su exhibición en el Apolo, aunque nos diferenciamos de ella en que no nos la llevamos a Estados Unidos de telonera), pero para eso hace falta más morro y, sobre todo, más talento en las melodías y más contundencia en las bases.
Por el lado contundente “Generator” da miedo, pero por el melódico “Nothing Stays The Same” demuestra que no siempre han de usar el mismo patrón para estar acertadas (y que aún han de recurrir a temas firmados junto a la fugada Donna Matthews). El resto, deambula entre la interesante mezcla de Clinic y The Fall de “How He Wrote Elastica Man” con la voz de Mark E. Smith, el homenaje (acreditado) a Wire de “Human” (compárala con “Lowdown”), el morbillo de “My Sex”, los pulsos a Le Tigre (“Mad Dog God Dam”) y los desatinos más azucarados de “Image Change” y “The Way I Like It”. No Víctor, a algunos hombres sólo nos interesan las mujeres más inteligentes, porque para tontos ya estamos nosotros.
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