Primitivos como el fuego, así siguen siendo Mudhoney veinte años después de su debut. Porque “The Lucky Ones” no es ni mucho menos un disco para aumentar su currículum en este siglo porque sí. Suena abrasivo desde la batería del primer segundo de “I’m Now”, está profundamente construido desde abajo y parece ser la consecuencia lógica del intestino de quienes se saben diferentes a lo normalmente premiado.
El perfume del perdedor es el predominante en temas como “What’s This Thing?” o “Tales Of Terror”, el blues de “Next Time” o la perfecta compenetración de Peters y Maddison en la base rítmica (verdadero eje compositivo del disco entero), pero todo lamento queda despreciado en favor de una bilis tan cruda y perversa como nunca ha habido desde los inicios de los de Seattle.
Suyo es por derecho uno de los huecos del trono ex aequo de la imperfección y del reconocimiento que nunca llegó, pero no les importa; es más, cuando Mark Arm brama “The past makes no sense, the future looks tense” es inevitable darse cuenta de que no es solo un estribillo. Mudhoney siguen vivos.
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