The Light The Dead See

Seamos francos y dejémonos de tonterías y palabras huecas: La pareja de productores que dan forma a Soulsavers, y que responden al nombre de Rich Machin y Ian Glover son dos tipos muy, pero que muy listos. Tanto que saben colarnos el mismo gol a cada disco que sacan, y encima no hacen nada por disimularlo. La ecuación está tan clara como bien definida: Coge un cantante con entidad y peso (Del más desconocido entre el aficionado pop Mark Lanegan, han pasado a un Dave Gahan mucho menos resultón y plano como vocalista, pero infinitamente más mediático) y súmale una borrachera de excesos downtempo que vaya creando esa especie de gospel espectral cargado de atmósferas catedralicias, que transportará al oyente a un viaje por diferentes pasajes repletos de barroquismo en los arreglos y supuesta clase. Nada nuevo que no hicieran maestros en eso de modular las notas en el tiempo de forma más ingeniosa, y con una paleta infinitamente más variada, como Portishead o Barry Adamson. Lo malo es que a base de repetirse, han perdido por el camino parte de la oscuridad y pulsión rock que tenía “Broken”, su anterior disco, aunque por fortuna atesoren algún acierto, como el crescendo épico de manual de “Longest Day”. Un empacho musical cargadito de buenas intenciones que acaba por aburrirme.