Todos nos creemos superiores a la nostalgia hasta que ésta nos sacude de pies a cabeza sin previo aviso. El desencadenante puede ser una vieja fotografía, un remake innecesario o, como en el caso de los catalanes Jordi y Xavier Godàs, una melodía de sintetizador que nos traslade directamente a aquellos romantizados años de fantasía de color neón, máquinas recreativas, y noches de sábado en autocine. Desde 2020 –y quizás coincidiendo con el año más melancólico de nuestra reciente existencia- esta dupla de hermanos badaloneses lleva sumergiéndonos en ese universo paralelo que genera la memoria a través de la música de The Last Concorde: un proyecto de merecido reconocimiento internacional que ha reavivado la esencia del synthwave patrio y es capaz de hacernos viajar al instante a 1984 a golpe de teclado y ritmo pretérito.
Tras dos entregas previas, el dúo regresa ahora con “Flashback” (Outland Recordings, 23), un título que ni pintado para un tercer trabajo destinado a rascar en la pared de nuestros recuerdos más imparciales de niñez y adolescencia y crear un momentáneo paréntesis entre el deslucido hoy y el siempre amable ayer. Los hermanos Godàs conocen bien sus fuentes y por ello manejan con estilo y elegancia las manifiestas influencias de unos imperecederos referentes que se hacen de notar a lo largo de sus catorce cortes. Así pues, no nos sorprende en absoluto ir topándonos a través de estos con cientos de guiños que remiten al Carpenter más noctámbulo (“Flashback II”) o a los Kyle Dixon y Michael Stein más expansivos (“Dark Blue Almost Black”), haciéndonos sentir por momentos más próximos a una banda sonora de película de aventuras protagonizada por niños con bandanas y chaquetas vaqueras que a un disco al uso. Conscientes del riesgo a caer en la redundancia sonora que el synthwave siempre corre, y con el fin de, precisamente, no terminar generando una mera instrumentación de corte ochentero, los Godàs nos demuestran con acierto saber manejar el timón de su propuesta, maridando su espíritu retro con otras voces invitadas que dotan de cuerpo vocal sus composiciones (junto a The Lighting Kids en “Back To You”, logrando que la propuesta de estos se aproxime a los primeros Magdalena Bay o aproximándose a algunas subvertientes de la electrónica más añeja, como el centelleante nu-disco (“Campari”) o el hedonista italo-disco (“Dreamers”, “Ocean”).
Y es que a pesar de ese encorsetamiento de estilos, tan propio y limitado a un propósito creativo muy concreto, la capacidad evocativa de The Last Concorde demuestra no tener fin en su oferta, consiguiendo que gracias a sus pistas nos imaginemos a nosotros mismos montados en un jeep por las espesas y salvajes junglas del Amazonas (“Joan Wilder”) o incluso enamorándonos bajo un frío amanecer de invierno (“Those Days”). Una sencilla máquina del tiempo que nos hará bailar y recordar al unísono, postulándose como una ventana muy válida al pasado, siempre que el presente nos supere.
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