10 Track To Echo In The Dark

Que The Kooks han enfocado siempre su propuesta hacia un indie-pop accesible y para todos los públicos, es una evidencia que no se le escapa a nadie. Un perfil con el que ciertamente han consensuado objetivo, al menos en Reino Unido, donde su aceptación y gran popularidad les ha llevado a tocar en grandes recintos. Lo cierto es que los de Brighton han ido ablandando el asunto, al tiempo de firmar títulos de interés variable como ‘Inside In/Inside Out’ (EMI, 06), ‘Konk’ (Astralweeks, 08), ‘Junk Of The Heart’ (Astralweeks, 11), ‘Listen’ (Virgin, 14) o el más reciente ‘Let's Go Sunshine’ (Lonely Cat, 18).

La formación liderada por Luke Pritchard publica ahora ‘10 Track To Echo In The Dark’, el que es ya su sexto disco de estudio y, de paso, el que bien podría suponer su incursión definitiva (y poco disimulada) en el mainstream. Un álbum en el que las guitarras pasan definitivamente a plano secundario, en beneficio de unos teclados y sintetizadores que toman protagonismo determinante en el perfil definitivo de la obra. La entrega se manifiesta como la más electrónica y bailable del grupo hasta la fecha, además de tendente a un tipo de pop colorido y optimista que no descarta la pista de baile. En la práctica, la presente referencia no pasa de producto inofensivo que (por supuesto) no presenta nada nuevo bajo el sol, pero que tampoco cuenta con esa chispa atractiva que en el pasado adornó las canciones del cuarteto. Un elepé ahora agrupado como tal, pero que fue presentado en forma de varios EP’s, y que incluye temas como la sintética “Connection”, una “Cold Heart” que cuenta con coro infantil, la aceptable “Jesse James”, el sencillo “Beautiful World”, la facilona “Closer”, “25” o la final “Without A Doubt”, una bonita tonada acústica que remite a Paul McCartney y se impone como lo más sentido del lote.

Si bien a The Kooks –ubicados dentro de aquella hornada surgida a mediados de los ‘dosmiles’ junto a The Feeling, Courteeners, The Subways, Mystery Jets o The Fratellis– nunca se les ha exigido una profundidad extraordinaria ni una trascendencia que seguramente tampoco han pretendido manejar, lo cierto es que ‘10 Track To Echo In The Dark’ parece un paso en falso del grupo. Un disco tirando a anodino y en el que incluso sus mejores momentos resultan descafeinados y poco creíbles. Aunque, por otro lado, quizá les sirva para certificar definitivamente ese estatus de grupo de estadio en su país natal.