Tras cinco discos de estudio y un buen número de EP’s publicados a lo largo de casi dos décadas de carrera, la obra de la dupla formada por Alison Mosshart y Jamie Hince ya admitía e incluso reclamaba una referencia de este tipo. De este modo, ‘Little Bastards’ recupera (y recopila) un total de veinte temas de The Kills, captados de entre mayoría de caras B de singles (sobre todo las provenientes de aquellos editados en siete pulgadas), alguna que otra toma en directo para la radio, versiones e incluso una pieza inédita de título “Raise Me”.
Proceden, todas ellas, de un periodo especialmente prolífico para la banda, concretamente el acotado entre el año 2002 y 2009, antes de que la industria discográfica mutase definitivamente y el romántico formato de single físico resultase defenestrado. Más allá del evidente atractivo para el seguidor apasionado del dúo, resulta que el álbum en cuestión incluye numerosos aciertos (cuando no directamente impactos), y cuesta creer que algunas de ellas quedasen fuera del disco de turno. Es el caso de “Superpowerless”, “Kiss The Wrong Side”, la misteriosa “Night Train”, “London Hates You”, “Blue Moon”, la juguetona “Magzine”, “Baby’s Eyes” o la mencionada demo de “Raise me”.
Unas destacadas a las que habría que añadir la efectiva toma en directo de “Love Is A Deserter” para la emisora XFM, además de interesantes relecturas del "I Call It Art" de Serge Gainsbourg, “Forty Four” de Howlin 'Wolfs, “I Put A Spell on You” de Screamin' Jay Hawkins y “Sugar Baby” de Dock Boggs. Su mezcla de indie-rock áspero y con querencia equilibrada entre garage, shoegaze y necesario blues ha presumido siempre de cierta accesibilidad, en una cualidad que también se extiende a lo largo y ancho del presente lanzamiento. Con todo su contenido convenientemente remasterizado, ‘Little Bastards’ vuelve a presumir de la consistencia latente en un sonido atemporal e irreductible, además de respetado a lo largo de toda la notable trayectoria de los músicos.
Se trata esta de una muestra complementaria de esa capacidad de la pareja para alumbrar temas que, en boca de la eternamente magnética Mosshart, resuenan tan agresivos como seductores y, en definitiva, categóricos. Y es que la química de la cantante con el multi-instrumentista Hince resulta un activo a prueba de bombas y coloniza a las propias canciones, en ese tipo de sinergia que tan bien ha sabido aprovechar el dúo. Si en algún momento se ha podido dudar de la credibilidad de The Kills, esta colección de rarezas bien podría disipar muchas dudas.
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