En ocasiones, lo saben ustedes y lo sabemos nosotros los críticos, bastarían dos líneas para resumir lo que se esconde en el nuevo disco de nuestros artistas favoritos. Le he dado vueltas y este sería uno de esos casos. No le demos más rodeos. Con decirles que el nuevo trabajo de The Interrupters no decepciona, quienes les siguen desde su debut en larga duración con “The Interrupters” (12) y quienes vibraron con “Say It Out Loud” (16) tendrán suficiente y se lanzarán a darle escuchas y escuchas a las doce canciones de este tercer álbum.
Será así porque, a estas alturas, ya tendrán claro que la banda de los hermanos Bivona y Aimee Interrupter no va a fallarnos. Los protegidos de Tim Armstrong –vuelve a producirles y a coescribir parte del material con ellos- son una auténtica máquina de facturar hits de ska punk a la efectivos y adictivos. Es pinchar cualquiera de sus discos y verse obligado a comportarse como un energúmeno, a bailar agitando los brazos como un primate y a dejarse las cuerdas vocales gritando cada uno de los estribillos mientras salpicamos de salivazos cerveceros a todo el mundo que se comporta del mismo modo en un radio de tres metros alrededor nuestro.
Tanto da si estamos en una sala, en un festival o en el comedor de casa: la música de The Interrupters provoca eso y no hay vuelta atrás. Les hacen falta exactamente doce segundos para engrescarnos, los que tardan en arrancanse en “Title Holder”, el tema que abre el disco y uno de los avances junto a ese éxito que es “She’s Kerosene”. Si han leído ustedes hasta aquí será porque querían algún detalle más con respecto a lo que van a encontrarse en el disco, así que les comentaré que colaboran con Billie Joe Armstrong (Green Day) en “Broken World”, que tienen a todos los Rancid aportando voces a “Got Each Other”, que exploran caminos más oscuros en “Leap Of Faith” y que suman sus estribillos más ramonianos en “Gave You Everything”. Pero todo eso lo irán descubriendo con las escuchas, así que ahora volvamos al principio. The Interrupters –para lo bueno sobre todo- no tienen secretos. No fallan y ya la portada de este tercer disco da muchísimas pistas de lo que nos ofrecen, así que...
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