No debería extrañar el regreso a escena de bandas enormemente populares en los ochenta, inmersos como estamos ante una renovada reivindicación de algunos de los sonidos característicos de dicha época. Más complicado resulta asimilar por qué, en casos como el de Deacon Blue, la banda opta por imitar descaradamente el pomposo fondo que ha propiciado éxito masivo a formaciones de sobra conocidas, con una apuesta indiscriminada por esa producción artificiosa que difumina los puntuales aciertos potenciales incluidos en el séptimo disco de estudio del combo escocés. La nostalgia inicial da así paso a una sensible decepción tras once años de espera, con la incursión de alguna melodía notable sepultada bajo una grandilocuencia inocua que completa una obra sin personalidad, fuerza ni convicción y que, casi con toda seguridad, nadie recordará dentro de un par de meses.
gran titulo,jodeos putos modernos.
Sí, gran título para un disco de mierda que quiere sonar a Coldplay. Qué ironía...
Del disco no lo sé (aunque hace ya unos cuantos meses que ha salido y tú te has acordado) pero de tu "crítica" seguro que nadie se acuerda dentro de 10 minutos. Es tan demagoga, predecible y barata que repugna. Siempre al dictado de la moda que marca la rabiosa actualidad trendy. Pero qué asco.
Crítica más pobre y resultona jamás he leído. ¿Te pagan un extra por meter adjetivos que no vienen a cuento?. Que este pseudocrítico se vaya con Belle and Sebastian y deje de intentar comprender discos grandes como este.
Te has pasado tres pueblos querido Raúl. Lo de una "grandilocuencia inocua" es algo absurdo, a no ser que te apliques la definición a ti mismo.
¿"Grandilocuencia inocua"? A mí me parece un disco sencillo, lleno de melodías notables y muy superior a la media. No es "Raintown", pero en su conjunto es una obra muy compacta.