Desde hace más de un par de décadas es frecuente leer en carteles, camisetas o como slogan de diversas y absurdas campañas eso de “Rock Is Dead”, pero son muchos los ejemplos que desmienten ese enunciado. The Hives, Graveyard, Truckfighters, Kadavar, The Vintage Caravan, Volbeat, Blues Pills, los propios The Hellacopters o incluso Ghost han conseguido renovar y refrescar la escena cogiendo un poco de aquí y de allá, sea stoner, garage, metal, doom o blues eléctrico, para conseguir lograr una personalidad entre lo clásico y lo actual, alejándose de modas más pasajeras y efímeras. Pero centrémonos en The Hellacopters, cuya historia es de sobra conocida. Iconos para una generación de músicos coetáneos con Nicke Andersson al frente, un referente con sus diversas aventuras –desde el death metal con Entombed a los reactivados Death Breath, pasando por Imperial State Electric, Lucifer y, claro está, los firmantes de “Eyes Of Oblivion”–.
Desde que The Hellacopters anunciaron su separación con el disco de versiones “Head Off” (08) y realizaron una gira por Europa han pasado casi tres lustros no era de prever que volviesen a sacar nuevo material a pesar de su reunión para celebrar el veinte aniversario y de unos cuantos conciertos posteriores que prácticamente coincidieron con la muerte del guitarrista Robert Dahlqvist y en los que tampoco participó el bajista original Kenny Håkansson. Pero en el pandémico 2020 saltó a los medios la noticia de que Nick estaba en el estudio con sus compañeros Robban (batería) y Anders (teclados), además de Dolf DeBorst de Imperial State Electric y The Datsuns como bajista y el guitarrista Dregen, fundador tanto de The Hellacopters como Backyard Babies. De esas sesiones iba a surgir este “Eyes Of Oblivion”, el octavo trabajo de la formación sueca.
“Eyes Of Oblivion” trae consigo diez nuevas canciones que suponen un retorno continuista que no precisa de sorpresas ni experimentaciones inútiles para su disfrute y que trae de vuelta un buen puñado de hits basados única y exclusivamente en el rock and roll. No le volarán la cabeza a nadie, pero sí servirán para recordarnos por qué amamos a The Hellacopters. Si bien es cierto que no hay ni rastro de la rabia garajera y punk de las primeras referencias del grupo, sí que se pueden escuchar y reconocer al instante los guitarrazos, solos y estribillos pegajosos que determinaron su sonido desde “High Visibility” (00) en adelante sin dejar de lado la pegada tan característica de los teclados y las baterías a los que ya nos tenían acostumbrados.
Lo mejor de este disco, además de los himnos y efectivos singles de adelanto “Reap A Hurricane” y “Eyes Of Oblivion”, es que los proyectos paralelos de sus integrantes no han absorbido su esencia en cuanto a composición y sonido, implicando con esto que no dé la sensación de estar escuchando una segunda parte recalentada de Imperial State Electric salvo en “Tin Foil Soldier”, que realmente podría ser un tema de los Kiss de los setenta y en algunos de los acordes de “The Pressure’s On”. Así que la realidad es que todo en “Eyes Of Oblivion” tiene su encanto y se disfruta en un abrir y cerrar de ojos hasta el punto de que es difícil pedirle más. Algunos temas como esa balada totalmente bluesera llamada “So Sorry I Could Die” y dedicada a los desaparecidos Robert Dahlqvist y LG Petrov, la guitarrera y potente “Positively Not Knowing” –con sonido cien por cien Hellacopters–, la resultona y bailable “Beguiled” o el tramo final con la dupla de la nostálgica y melódica “The Pressure’s On” y la gran "Try Me Tonight" nos muestran a una banda que mantiene su esencia y su magia.
En definitiva, que “Eyes Of Oblivion” no pierde la consistencia habitual de los ya míticos The Hellacopters. Aunque no sea ni por asomo su mejor obra, cumple perfectamente con su cometido: hacer un repaso sincero y nada forzado a lo que son y siguen siendo The Hellacopters.
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