Por mucho que los propios protagonistas inviten a verlo de otra manera, es difícil no considerar este proyecto bautizado con el nombre de The Hard Quartet como el enésimo súper grupo surgido de la alianza de un puñado de músicos consagrados. También, a pesar de la solidez del álbum homónimo en cuestión, es complicado no rechazar la idea de que el asunto es, ante todo, un entretenimiento (de altura, eso sí) por parte de los propios autores.
Porque, para bien y para mal, la presente entrega de la formación compuesta por Stephen Malkmus (de Pavement), Jim White (de Dirty Three), Matt Sweeney (de Skunk, Chavez y Zwan) y Emmett Kelly (de The Cairo Gang) destila naturalidad y cierta despreocupación por los cuatro costados. Unas cualidades que resultan determinantes en el aspecto final del elepé y que, en realidad, resultan favorecedoras y también escandalosamente familiares.
“The Hard Quartet” luce sin disimulo como un revival de los noventa, con Sonic Youth, Polvo, Sebadoh, Dinosaur jr., Guided By Voices, The Apples In Stereo o los propios Pavement supurando sin medida. En el extremo opuesto, y también como consecuencia directa de esta bien controlada relajación, quedaría la escasa medida de los autores a la hora de concretar su criatura, con un exceso de piezas que, de manera inevitable y progresiva, menguan la euforia inicial.
Los componentes de The Hard Quartet rinden su particular tributo a la década de los noventa en lo que, en ocasiones, deriva en (merecido) auto homenaje. Queda la sensación de que el cuarteto ha disfrutado desarrollando estas canciones, en una sensación contagiada al oyente durante la mayor parte de la presente ópera prima. Sobre todo, y en forma de festín, si el receptor final es aficionado específico a la década y bandas mencionadas.
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