A la hora de enfrentarme a un nuevo álbum de Cat Power aún me sorprendo de que un carácter tan voluble e inestable como el de Chan Marshall haya podido desarrollar una carrera tan sólida, en continuo crecimiento, tanto personal como de reconocimiento mediático y de público. Es una constante que se repite en “The Greatest”.
Si con su anterior trabajo, “You Are Free” (2003), abandonaba para siempre el lo-fi y contaba con compañías tan reseñables como Eddie Vedder o Dave Grohl, ahora la niña mimada del folk rock contemporáneo ha trasladado el campamento a Memphis para rodearse de la flor y nata de los instrumentistas de la capital del soul: Marbon “Teenie” Hodges y su hermano Leroy, guitarra y bajo respectivamente de la banda de Al Green, Steve Potts, batería de Booker T & The MG´s, y diversos invitados a cargo de vientos, cuerdas y teclados.
Pocas veces el manoseado titular en el que se anuncia “el disco clásico de…” ha tenido tanto sentido: sobrevuela todo el álbum un aire soulero y hasta sureño, mucho más optimista de lo que la Marshall nos tiene acostumbrados, especialmente en las piezas con órgano o vientos como protagonistas. Casi anecdótica es la recuperación de su sonido austero clásico -“Willie”, donde vuelve a enfrentarse micro al aire y sola a una guitarra sin distorsión-, porque en el resto de los temas, aquellos en los que parece más cómoda, combina las nuevas posibilidades expresivas con su discurso melódico habitual: es escuchar el inicial “The Greatest”, “The Moon” o la sublime “Where Is My Love” -desde ya un clásico de su repertorio, en el que Chan solloza sobre el piano mientras un crescendo de cuerdas la eleva a los cielos- y reconocer que la muy bruja… ha vuelto a hacerlo.
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