De una solidez increíble teniendo en cuenta que ya llega hasta las siete referencias, la discografía de Okkervil River va camino de convertirse en uno de los corpus creativos más robustos de la música americana de nuestros días, con Will Sheff resistiendo a los continuos cambios de formación e incluso a ese difuso grado de consagración que no supone ni verdadero éxito ni derrota (malditos términos medios, pueden acabar con cualquiera). “The Golden Gymnasium” es sólo uno más, pero me cuesta pensar en compañeros de generación tan prolíficos y sobre todo tan constantes en sus muestras de talento. En esta ocasión Sheff se sumerge en sus recuerdos de juventud, paseando por las calles de su ciudad natal, rescatando viejas cintas de casete con canciones robadas a la FM: Springsteen (“On A Balcony”), Bowie (“Pink-Slips”), REM y The Wrens (“White”) o incluso el AOR más obvio de “Where The Spirit Left Us” y “Stay Young” son algunas de las referencias que se entrecruzan con la agridulce nostalgia que sirve de línea argumental para el que, puede, que sea uno de los discos más íntimos de Okkervil River.
Tanto le gusta al crítico que ni el nombre correcto del disco ha puesto. Muy profesionales, señores.
Jajajaja... Además de verdad. Pero vamos, que le pongan el nombre que le pongan, es un verdadero discazo