Héroes, es la primera palabra que se me viene a la cabeza al pensar en The Ghost Inside. Allá por 2015 cuando estaban en la cima del metalcore y el hardcore melódico, la banda sufrió un brutal accidente de autobús. Hoy, en 2020, cinco años después del fatal accidente y con su disco más potente, gritan a todo el mundo que están vivos, que han vuelto para quedarse y que quieren recuperar el trono dentro de su género.
El álbum sirve como continuación de su álbum predecesor “Dear Youth” (14) y en él nos encontramos una senda de temas continuistas respecto al trabajo comenzado en 2014, temas con una potencia descomunal como “Make Or Break” o el impresionante “The Outcast”, con un Jonathan Vigil que descarga una energía y una potencia impresionante en cada palabra del disco. Aunque en realidad los dos mejores temas del disco son aquellos con los que abren y cierran, es decir “Still Alive” y “Aftermath”, una pieza explícita sobre su vuelta a la actividad y en la que reúnen todos los elementos que les han caracterizado a lo largo de este tiempo, con un sonido metalcore de vieja escuela en el que se mueven con total soltura.
En definitiva, este nuevo álbum es un grito de rabia a la vida y una demostración por parte del grupo de que vuelven a sentirse vivos y que necesitan decirle a quienes les escuchen que ahora están más unidos que nunca y que, después de lo ocurrido, nadie va a poder pararles. Quizás sean las circunstancias del momento que vivimos, quizá sea la atmósfera que rodea a esta banda, no lo sé, pero este álbum me ha transmitido una vitalidad y una sensación de liberación que muy pocos álbumes han logrado en los últimos tiempos. ¿Estamos ante el mejor álbum de 2020 en su género? No, pero sí ante uno que será recordado.
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