Aunque muchos dudan de su valía, resulta agradable descubrir que el tercer disco de los londinenses Zero 7 se enfrenta a la madurez desde una perspectiva positiva y agradecida.
Sam Hardaker y Henry Binns han sido comparados con artistas con los que no guardan demasiado en común. Que si Coldcut, que si Bent, que si Lemon Jelly, que si los Air británicos (quizás el grupo con el que tuvieron más en común, pero del que cada día se distancien un poco más)... o que si electrónica chill out para gente con aires de distinción, Zero 7 no son más que una formación que entiende la electrónica desde la calma y la quietud. Eso es todo. Por eso ni siquiera han perdido los nervios a la hora de invitar a más de dos decenas de artistas a meter baza en su nuevo disco. Entre ellos continúa la habitual vocalista Sia Furler y destaca Jose González (junto a él interpretan “Crosses”, una de las mejores piezas del minutaje), el Nick Drake argentino-sueco que se está haciendo de oro con su televisiva versión de sus compatriotas The Knife. Puede que por ello, este sea un disco tan variado, con soul, latin y acid jazz, etcétera. Y aunque no alcancen a igualar los mejores momentos de su “Simple Things”, por lo menos continúan firmes en sus trece y algo más inspirados que en “When It Falls”.
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