Al principio estaba el lo-fi. Bueno, también estaban Dinosaur Jr haciéndose grandes y las canciones de Lou Barlow clamaban por una oportunidad ni que fuese en su forma más perruna. Durante sus últimos tiempos como dinosaurio, así era, se juntaba en los parones con Eric Gaffney para mal tocar las canciones de ambos con algo que está mucho más allá de la pericia: ganas y montones de talento. El sonido era casi siempre una marranada, el número de canciones (aquí alargadas hasta cincuenta y dos en un único CD) un exceso en toda regla, pero la verdad es que “The Freed Man”, escuchado ahora, se mantiene más que bien. Imagino el impacto que pudieran tener estas canciones en cualquier chaval que lo escuchase en su momento: todo está dicho y grabado muy a bocajarro, casi siempre haciéndose una especie de sabotaje sonoro y sentimental a sí mismo. Como si nada importase más allá de la idea y la pulsión irrefrenable de sacarla adelante. Por eso todavía da igual que suene todo el rato a lata, porque entre toda esa maraña, entre ruiditos y tontadas, hay dos personas de verdad capaces de hacerte trizas el corazón. Por eso hicieron escuela y por eso les queremos más que a nadie. Por eso y por canciones como “Soulmate”, “Healthy Stick”, “True Hardcore”, “K-Sensa My” o “Hung Up”.
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