Si bien los dos primeros discos de The Polyphonic Spree eran muestras notables de sinfonismo pop bien entendido, a los de Dallas les faltaba algo, y ese algo eran más canciones redondas, un espíritu pop más epidérmico, controlar un poco su discurso en definitiva y abandonar el aire arty que recorrían algunas de sus composiciones.
Con “The Fragile Army” lo consiguen entregando un disco plagado de estribillos coreables, menos excesos en los arreglos y unas letras que ya están lejos de las divertidas diatribas propias de los libros de autoayuda. The Polyphonic Spree son ahora un grupo de pop con mayúsculas que ha decidido arrimar el hombro a los Sparks más asequibles (“Get Up And Go”), a los Supertramp que molan (“Younger Yesterday”) o (otros que se suben al carro) a la sabiduría de Jeff Lynne para fabricar la canción pop perfecta (“Mental Cabaret”, “Running Away”), y así entregar una colección de temazos de altura. La fiesta que supone en tercer álbum de los norteamericanos se completa con una respetuosa versión del “Lithium” de Nirvana.
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