Quedan ya lejos los años en que Vetiver se codeaba en la cima del entonces llamado freak-folk con las huestes de Akron/Family, The Dodos o Sufjan Stevens. El año que iniciaba su andadura, 2004, fue también el de mayor eclosión del género, que dejó para la posteridad joyas como “Rejoicing In The Hands” de su colega Devendra Banhart, “The Milk-Eyed Mender” de Joanna Newsom o “Sung Tongs” de los reorientados Animal Collective. Siete años y cuatro discos más tarde, los de San Francisco son probablemente los que mayor fidelidad han mantenido a su sonido. Si Banhart ha acabado perdido entre sus propios vericuetos estilísticos, Newsom reconvertida en la musa de los nuevos ascetas o Herman Dune reivindicados por los fans de los clichés más pastelosos, Andy Cabic y los suyos han decidido que sus ideas, supervivencia del género aparte, siguen encajando en el mismo molde. “The Errant Charm” llega dos años después de “Tight Knit” y, como en aquél, las tiernas y relajadas melodías ganan la partida a la inventiva sonora, y deben más a Jackson Browne que a CocoRosie. Y como en todos sus trabajos, deja tras de sí una secuela de momentos para conservar: “Can’t You Tell”, “Hard To Break” o “Wonder Why” pasarán desapercibidos ante los ojos de la masa enfurecida, pero conservarán su lugar en el recuerdo de quienes seguimos confiando en la tímida pero incesante creatividad de Cabic y cía.
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