Brutalism
DiscosThe Drums

Brutalism

6 / 10
Álex Jerez — 09-04-2019
Empresa — Anti
Género — Pop

Pese a las enormes fiestas que sigue montando en sus directos, Jonny Pierce dejó a todos confundidos con ese salto de madurez que supuso “Abysmal Thoughts” en su carrera. Por primera vez, el líder iniciaba su recorrido en solitario y lo hacía a través de un listado de canciones personales y oscuras. Comenzó a abandonar el sello surf-pop que tanto le representaba y a arriesgar un poco más a nivel sonoro. Ahora, regresa con “Brutalism” un disco continuista que le sirve para volver a dar un paso en firme en su nuevo camino y pulir algunos detalles que había dejado sueltos.

Cálido y crudo a la par, este nuevo álbum muestra a un Pierce mucho más frágil y vulnerable. Ese cambio de mentalidad hacia la ‘vida sana’ que trabajó en “Abysmal Thoughts” crece exponencialmente en un disco donde habla de aprender a enfrentarse a tus propios demonios (“626 Bedford Avenue”), de sus procesos de rehabilitación (“Body Chemistry”), de sus inseguridades o miedos. “And I don’t want to be alone, and I’ve scared of all the people in the world” canta, por ejemplo, en el estribillo de “Loner”. Uno de los temas más rosas del disco (con coros finales incluidos), el sonido de las olas del mar californiano como protagonista y que define perfectamente esta habilidad de Pierce de crear canciones que pueden ser duras a nivel personal, pero terminan llenándose de luz y saltando a la pista de baile.

Grabado entre su casa del lago del norte de Nueva York y Stinson Beach en California. “Brutalism” está co-producido por el propio Jonny, mezclado por Chris Coady (Beach House, Amen Dunes) y es una declaración de amor al pop en toda regla. Un amor tan pasional como el que el propio protagonista relata en el tema que da nombre al álbum. Un amor lleno de deseo, seductor y con algo de sexo (no tan duro como el que nos hace creer). Además, por primera vez en toda su carrera ha trabajado con músicos externos a The Drums para la creación de un nuevo proyecto desde el principio. Y es que Pierce reconoce que ya no tiene tanto miedo a las críticas y lo que sí tiene son muchas ganas de seguir creciendo. Eso se nota en el trato personal que le ha dado a cada una de las nuevas canciones. A destacar, en este último disco nos encontramos también un trabajo de la electrónica más cuidado y unos loops mucho más adictivos y pegajosos (el artista confiesa que en los últimos años artistas como SOPHIE le han abierto mucho la mente a la hora de crear). Aún así, no todos son artificios a la hora de complementar o disfrazar sus emociones. También hay tiempo para ver a un líder completamente desnudo a guitarra y voz en “My Jasp” atreviéndose a sacar toda su voz y sufrir cual diva en uno de los temas más acústicos de su carrera.

Hasta aquí todo más o menos bien pero la pena es que la principal carencia de este nuevo largo esta en que, a pesar de todo lo que hemos hablo, “Brutalism” sigue oliendo a un disco que ya habías escuchado antes de The Drums. Estamos seguros de que los fans de Pierce van a disfrutar conociendo un poco más su compleja personalidad y rescatando algunos de los nuevos matices de la propuesta. Sin embargo, lo va a tener mucho más difícil para conquistar al público en general con un proyecto en el que la originalidad es escasa. Alguien le tiene que recordar a Jonny aquello de “renovarse o morir” antes de que sea tarde.

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