Elvis Costello está en una posición, tras más de veinticinco años de carrera, de hacer lo que le dé la gana y cuando le dé la gana. Consciente de ello, acaba de sacar dos discos de forma simultanea, uno de música clásica “Il Sogno” y el que nos ocupa, “The Delivery Man”, un tratado de country-rock clásico y un disco conceptual sobre un viajante que se pasea por el Sur de América y se enamora de tres mujeres.
A pesar de que sus momentos más gloriosos han sido sus discos nuevaoleros claramente encarados al pop, Costello siempre ha sido un enamorado del country. De hecho, ya en los años de la new wave, se atrevió a editar un disco “Almost Blue” (1981) en el que versioneaba a diversos artistas del estilo -sí, sí, mucho antes de que existiera eso que ahora llaman americana-, entre ellos a su amado Gram Parsons, junto a Elvis Presley, uno de sus más grandes ídolos. Y precisamente es el espíritu del malogrado Parsons el que sobrevuela todo el disco, y no sólo porque Emmylou Harris cante en dos canciones -“Nothing Clings Like Ivy” y “Heart Shaped Bruise”- sino por ciertos arreglos, personalizados en ese piano a cámara lenta de Steve Nieve, una actitud rockera palpable -el dueto con Lucinda Williams en la trotona “There´s A Story In Your Voice”-, y por las agrias historias de amor y desamor -ojo a la pieza que cierra el álbum, la tremenda “Needle Time”, donde la sobrehumana voz de Costello luce como nunca- que pueblan muchos de los versos de las canciones de este “The Delivery Man”. Otro buen disco del Elvis de las gafas de pasta.
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