Hace tiempo que aquellas bandas capaces de desarrollar pequeñas historias, cuentos que apenas alcanzan los tres o cuatro minutos, ya no aparecen en las páginas de las revistas musicales ni se encuentran entre las favoritas del público. Así que, aunque sólo fuera por eso, bien podríamos aplaudir la publicación del segundo largo de Colin Meloy y compañía en nuestro país.
Pero The Decemberists más allá de unos simples cuentacuentos son también una orquestina que incorpora al tradicional guitarra, bajo y batería, dobros, violines, pianos, trompetas y una infinidad de instrumentos más, para construir un pop preciosista, a medio camino de los Magnetic Fields acústicos, el clasicismo de Smiths y la enternecedora psicodelia de Ladybug Transistor.
Frente a esos otros renovadores de la tradición folk rock USA de talante oscurantista –los Oldham, Callahan, Molina...- esta colección de canciones mira al cielo con una media sonrisa esperanzada, al tiempo que habla de sórdidas ciudades por conquistar y de viajes en barco hacia ninguna parte. No sé si te harán mejor persona, pero cuanto menos ayudarán a sobrellevar algún que otro mal trago...
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