Serendipic Breakfast
DiscosThe Dealers

Serendipic Breakfast

7 / 10
Josetxo Rio Rojo — 13-11-2015
Empresa — Bickerton Records / Action Weekend Records
Género — R’N’B

Tras los dos 7” editados en los que ya dejaban clara su adscripción a sonidos que enterrando la raíz en los años 60, eran capaces de reptar y aportar nutrientes en pleno siglo XXI, había expectación por ver cómo los vitorianos eran capaces de defender sus canciones en un larga duración. Y haremos hincapié en lo de canciones porque suele ser el arma perfecta de quienes tienen, o deberían tener, algo que contar musicalmente, y más si hablamos de un grupo de las características estilísticas de The Dealers. “Serendipic Breakfast”, aún siendo su debut como LP, se convierte así en la muestra de credibilidad y confirmación de lo hasta ahora apuntado.

Todo esto para los iniciados en su música, que para quien les pille ahora de nuevas, serán estas once canciones las que marquen el camino. Y desde luego que quedará abrillantado, porque la sensación que dan es la de no sólo cumplir lo esperado, sino la da avanzar hacia eso que cada uno pueda tener fijado como objetivo. Si la serendipia no es otra cosa más que un hallazgo valioso que se produce de manera casual, bienvenida sea para quienes lleguen a ellos a través de estas canciones. Pero estos once cortes no permiten albergar la duda de si han sido creados a partir de simples casualidades.

Las bases están tan claras, y un comienzo con una canción como “Nowhere to go”, puro sixties rhythm & blues con la armónica como elemento aglutinador y un riff de guitarra óptimo para entrar en calor, parece encarar la carretera hacia el esperado garage beat marca de la casa. Pero el desayuno esconde otros azúcares capaces de potenciar distintos sabores. Ya “The lady from the watchtower” ofrece el sentido acústico que bordea la melodía pop atemporal (aquélla que convirtieron en eterna nombres como Kinks o Beatles) y el instrumental “Serendipia” arrastra las guitarras hacia esos lugares oníricos a los que podemos llegar por nosotros mismos o con las ayudas que estimemos oportunas. Pero ya esa zambullida psicodélica de “Me and the ceiling fans”, ortodoxamente encantadora, o mestizada en bastardo spaguetti western en “Requiem for Milko”, demuestra que The Dealers han entrado al estudio dispuestos a jugar con él, como se hacía antaño, olvidando las estrecheces del directo.

Un estudio creado para la ocasión en la propia sala vitoriana Jimmy Jazz, en la que Koldo, el bajista, es técnico de sonido. Allí, en ese escenario de quita y pon, junto a sus compañeros Oskar, Al Sampedro y Mikel, antes de llevar las mezclas al omnipresente Circo Perrotti, jugaron con su destino, recorrieron el camino que ellos mismos quisieron y llegaron a cruzarse en él con bellezas de pop barroco como “Mary told me”.

No es casualidad, a pesar del título.

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