Llegó el momento en que la estilización en la música de Third Eye Foundation aconsejó despojarla del ornamento electrónico, de los tambores de guerra drum’n’bass que habían sido su marca de fábrica. Ahí llegó “The Mess We Made” y la trilogía alcohólica, trabajos que vieron la luz bajo el nombre de Matt Elliott y en los que el de Bristol, ya por entonces convertido en ciudadano del mundo, se reinventaba reconvertido en cantautor doliente. Cada más involucrado en las causas sociales y convertido en testigo del colapso económico y cultural de un Viejo Continente en horas bajas, Elliott vuelve a sentir en su interior la rabia adolescente que le abandonó cuando se aferró a la vida familiar. Y con ella se olvida de cantar y vuelven los beats asesinos, las estructuras obsesivas. Concebido como un “disco río” en el que definitivamente se aniquila el concepto canción y la música fluye non-stop a lo largo de sus cuarenta minutos, “The Dark” resulta la menos accesible de sus referencias hasta la fecha, despojada de los asideros emocionales que convirtieron trabajos pasados en obras maestras.
excelente!