Why You So Crazy
DiscosThe Dandy Warhols

Why You So Crazy

6 / 10
Raúl Julián — 21-01-2019
Empresa — Caroline
Género — Pop-Rock

Hace ya tiempo que The Dandy Warhols parecen pasar un poco de todo. De todo lo que tenga que ver con la industria discográfica y los parámetros habituales que la manejan y sostienen, se sobrentiende. Los de Oregon disfrutaron de su momento de gloria (o al menos de una popularidad más o menos generalista) a finales de los 90 y con el cambio de siglo, gracias a discos como “The Dandy Warhols Come Down” (Capitol, 97),Thirteen Tales From Urban Bohemia (Capitol, 00) oWelcome To The Monkey House (EMI, 03), y singles del tipo de “Every Day Should Be A Holiday”, “Get Off”, “We Used To Be Friends” y, por supuesto, ese “Bohemiam Like You” eclosionado a nivel mundial con la campaña de Vodafone.

El caso es que, una vez superada toda esa vorágine y ya de vuelta al planeta Tierra, el cuarteto decidió centrarse en materializar aquellos discos que sencillamente le daba la gana hacer. Así, “This Machine (The End, 12) apuntaba (con acierto) a la psicodelia, mientras queDistortland (Dine Alone, 16) era un compendio irregular de temas sueltos, manifestándose la presente entrega como una apuesta continuista con aquélla. “Why You So Crazy” (Caroline, 19) sigue la senda creativa expresada por el grupo de Courtney Taylor-Taylor hace casi tres años, y se impone como un cajón de sastre donde el combo coloca todo aquello que su inspiración tenga a bien insinuarle. Un total de doce cortes que se abren con una amable introducción de cuarenta segundos titulada “Fred N Ginger”, dando paso a la insinuante “Terraform” y a una “Highlife” cercana al psychobilly en voz de Zia McCabe. El irresistible sencillo “Be Alright” se impone como la mejor del lote, con ese ritmo vacilón, insinuante y pegadizo que tan bien maneja el grupo, en un logro repetido con “Small Town Girls”. También hay espacio para el psych-pop de la valiosa “Next Thing I Know” (que bien podría haber venido firmada por The Flaming Lips), y el country distorsionado de “Sins Are Forgiven”. Además destaca una “Motor City Steel” deudora del Iggy Pop del “Blah-Blah-Blah” (A&M, 86), y son los siete minutos instrumentales al piano de “Ondine” los encargados de echar el cierre a la referencia, mientras que “Thee Elegant Bum” o “To The Church” son probaturas anecdóticas.

Sin lógica palpable ni línea argumental aparente, el décimo álbum de estudio deThe Dandy Warhols debe entenderse (obligatoriamente) como una obra compuesta por eslabones independientes entre sí. Es por eso que presenta un bagaje (de nuevo) irregular, anárquico e incluso por momentos caótico. Una circunstancia a la que, en todo caso, hay que ir acostumbrándose definitivamente, apoyados en la oferta reciente de una formación que, en realidad y a lo largo de 25 años, siempre ha tenido marcadas peculiaridades. Y es que, además, dentro de esa rareza inherente y entre la bruma, la publicación también concreta varios cortes destacados que añadir directamente al cancionero más interesante del grupo.

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