Hidden City

Al contrario de otros compañeros de generación, The Cult nunca han repetido concepto para un disco, no hay dos iguales. Cada uno tiene un objetivo distinto, un sello y un patrón distintivos. “Hidden City” no es una excepción, aunque quizás si sea el que reúne y comparte más detalles con el resto. Con Bob Rock como productor, el sonido es limpio y el lenguaje de las canciones está más en sintonía con “Love”, sin embargo la armadura del álbum tiene las trazas de “Sonic Temple”. “Dark Energy” es oscura y muy enérgica, por esos mismos derroteros continúa “No Love Lost” mientras que el primer single, “Hinterland”, supone una decisión acertada al ser la perfecta invitación para escuchar el disco de arriba abajo.

Podríamos continuar con “Dance The Night”, que nos recuerda que hubo una vez en que The Cult tuvieron cierta fijación por las pistas de baile; con “Deeply Ordered Chaos”, la mejor canción de “Hidden City”, que revive el espíritu de Led Zeppelin con Billy Duffy haciendo magia con su guitarra; con “Heathens”, que suma enteros al conjunto y con “Sound And Fury”, perfecto colofón con el piano, los excelentes arreglos y la voz grave de Ian Astbury como protagonistas. En plena forma.