Los discos plagados de colaboraciones vocales siempre provocan cierto recelo. Y los que combinan influencias directas de la world music con bases de música electrónica lo acentúan.
Sin embargo el dúo formado por Rob Garza y Eric Hilton ha sabido sortear la posibilidad de caer en la máxima dispersión y han concretado un cuarto disco que, si bien no es del todo satisfactorio, sí halla momentos destacables. Tres cortes instrumentales de títulos cósmicos y sonido dub de estética espacial, son el nexo de unión entre las participaciones de diversa índole y diferentes resultados. Si la interpretación de Wayne Coyne y sus Flaming Lips queda del todo diluida y la de Perry Farrell (Jane’s Addiction) no pasa de la anécdota, la de David Byrne seduce por méritos propios. Las percusiones de aire africano y los arreglos de viento que acompañan su voz en “The Heart´s A Lonely Hunter” –título de la novela más reconocida de Carson McCullers- es una demostración de acierto, como lo son el recitado sensual de Loulou y los tres temas de influencias latinas interpretados por Vernie Varela, Gigi y Patrick De Santos.
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.