Lo que mal empieza bien puede acabar bien. El quinto disco de Ramble Jon Krohn no es de los que empieza bien no, en lo que se refiere concretamente a siete de sus ocho primeros cortes. Uno detrás de otro, se van sucediendo esos tracks que parecen no querer ir a ninguna determinada parte; un sosillo pastiche de algo cercano al acid jazz, impropio de Ramble Jon. Da la impresión de haberse querido sumar a la nueva escena soul, pero su apellido no es Hawthorne y su disco no lo ha producido Mark Ronson. En ese divagante camino, topamos con “A Spaceship For Now”, un instrumental de tres minutos, arrastrado y espacial, muy grande, lo mejor de esta primera fallida parte. Y así llegamos a la colosal “A Sons Cycle”, al cremoso rap de Illogic, NP y, sobre todo, The Catalyst, y con ellos, a ese hip hop bizarro, futurista y pop que le valió en su día el apodo de “el nuevo Dj Shadow”. A partir de ahí todo son alegrías: ritmos rotos, rifs de guitarra vacilones, sintetizadores vintage, vientos locos y esa cuidadísima producción que tanto se echa a faltar en los primeros cortes del disco. De haber empezado así amigo Ramble Jon…
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