Se maneja con sigilo y sin estridencias. Quizá sea esa una de las razones por las que la exquisita ristra de álbumes que lleva despachados en las últimas dos décadas suele cotizar bajo un perfil mediático más bien discreto. Tanto a su nombre, como, en menor medida, al mando de esos Giant Sand “daneses” de los últimos años. Gran injusticia, dada la magnitud de trabajos tan magistrales como este. "The Coincidentalist" es una soberana lección de americana crepuscular, tan enraizada en la tradición como presta a mirar de frente al futuro, en la que los cameos de Bonnie Prince Billy, KT Tunstall (a las voces ambos) o Andrew Bird (violín) mezclan a la perfección con la proverbial sobriedad del de Tucson. Sostienen tan ejemplar declaración de principios, a lo largo de sus once temas, las baquetas de Steve Shelley y la guitarra de un M Ward que, tal y como se desenvuelven aquí las cosas, podría pasar por alumno aventajado de tan imaginativa amalgama de motivos enraizados en la tradición yanqui. Porque ambos participan, mucho más allá de la mera reformulación vintage, de la misma ensoñadora esfera.
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