Adicciones y problemas de salud han determinando la intermitencia editora de los The Chills de Martin Phillips en los últimos tiempos, pero bienvenida sea la larga espera (casi veinte años desde su último álbum) si la concluyen discos como “Silver Bullets”, palpitante colección de canciones que confirma que los neozelandeses, piedra angular de la independencia de los ochenta y emblema del sonido Dunedin, tienen aún su merecido hueco en este desbordante presente que nos ahoga.
La densa, corpórea y evocadora cualidad de su pop de guitarras acuosas se mantiene intacta, y destila su cautivador poderío no como una simple continuación de “Sunburnt” (96), sino como una puesta al día de su discurso, plasmada en temas como “America Says Hello”, “Aurora Corona”o I” Can't Help You”, tan atmosféricos como “Warm Waveform”, tan abigarrados como “Pyramid/When The Poor Can Reach The Moon” o tan concienciados como “Underwater Wasteland”. Un retorno glorioso a la altura de su legado.
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