Auténticos supervivientes de la escena británica de los noventa –primero encuadrados dentro del sonido madchester y luego inteligentemente autoreciclados hacia los beneficios del britpop–, The Charlatans pueden presumir de una carrera ininterrumpida y, en realidad, al margen de modas esclavizantes. La banda se ha recuperado también del fallecimiento de dos de sus miembros originales: el teclista Rob Collins en 1996 y, más recientemente, el batería Jon Brookes. Además, desde hace años, el grupo liderado por Tim Burgess lanza un nuevo álbum con adecuada periodicidad, ésa que es apta para contentar a sus seguidores tradicionales pero sin llegar a quemar la fórmula.
Suelen ser discos que rozan el notable y atractivos para el fan, algo irregulares en conjunto pero con varias piezas inspiradas, aptas para el directo, y que se pueden añadir sin problema al cancionero más celebrado. Eso mismo ocurre con "Different Days" (BMG/[PIAS], 07), en el que los mancunianos logran sonar vigentes y actualizados pero sin traicionar su sonido más reconocible y por tanto la esencia del combo. La presente obra es en realidad un disco bastante variado, que incluye el clásico talante indie del grupo (las inspiradas “Plastic Machinery” y “Not Forgotten”), cortes intimistas (la bonita “Hey Sunrise” inaugurando el disco), singles evidentes (“Solutions”, “Let’s Go Together”), piezas atmosféricas cercanas al dream-pop (“Spinning Out”), jugueteos pop (“There Will Be Chances”), o incluso el indisimulado revival de “Over Again” (que bien podría haber sido firmada por sus colegas de Happy Mondays). Junto a los aciertos también aparece alguna composición chirriante, como el desafortunado (y facilón) acercamiento a la tecnología de “The Same House”.
El resultado es, en cualquier caso, un elepé de aspecto optimista e incluso juvenil, con el que el cuarteto mantiene una digna presencia y estatus destacado, refrendado además por colaboraciones de nombres tan importantes como los de Paul Weller, Johhny Marr, Anton Newcombe (de The Brian Jonestown Massacre) o Kurt Wagner (de Lambchop). Conservar posición a estas alturas es un logro nada desdeñable, que prueba de paso la importancia y vigencia (aunque sea relativa) del grupo dentro de la propio industria.
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