Michael Sandinson y Marcus Eoin son, por lo menos, tan raros como Rob Brown y Sean Booth (Autechre), pero mucho menos prolíficos. Sobre ellos ha caído la responsabilidad de convertir el clásico sonido Warp en cifras de varios ceros, algo a lo que ni tan siquiera Aphex Twin -esquivo donde los haya- había tenido que hacer frente, y los escoceses han respondido recluyéndose en su cueva, de la que no han salido ni para dar entrevistas.
Pero cinco años después de “Geogaddi”, el álbum que les colocó en la portada de muchas revistas, algunas tan reacias a hacerlo con discos de electrónica como ésta que tienes en tus manos, están de vuelta con un trabajo que ya no se sabe del todo si viene a salvarnos a nosotros o a ellos mismos del olvido en que estaban sumidos. Circunloquios y reflexiones al margen, “The Campfire Headphase”, es una colección de canciones eminentemente continuista, que confirma el progresivo descenso de bpm´s y el interés por estructuras más convencionales que convierte su música en chill-out inteligente, bucólico downtempo de digestión ligera.
Atrás queda la hermosa extrañeza de “Music Has The Right To Children” y la heterogeneidad de “Geogaddi”, que ya anunciaba por dónde iban a ir los tiros pero aún mantenía una cuota importante de piezas que se desmarcaban del resto buscando nuevas vías para un producto con fórmula. A día de hoy quien se encuentre con ellos por vez primera se sorprenderá con su maravilloso mundo. El resto hemos esperado demasiado sólo para enfrentarnos a un deja vu…
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