Todos lo sabíamos. El revival ochentas por el que estamos pasando -y del que estoy disfrutando, no vayan a pensarse- empieza a pasarnos factura. Los grupos se amontonan ya en las páginas de las revistas, en las salas de conciertos y en las tiendas de discos.
Los hay muy buenos, los hay buenos, los hay correctos y los realmente malos están ya a la vuelta de la esquina. The Bravery se sitúan en la tercera categoría (segunda empezando por la cola). Son correctos, pero no por sospechosos, sino porque su refrito de referencias exitosas acaba convertido en uno de esos discos que funcionan en las ventas y hieren de muerte al género que les acoge. "The Bravery" es un disco de un grupo neoyorquino que ha reinterpretado los clásicos de la forma errónea. Si apartamos el grano (por ejemplo, "An Honest Mistake" o "Unconditional", ambas muy efectivas) de la paja (unas cuantas: "Tyrant", "Give In"…) daremos con un cóctel más bien insípido conseguido a base de americanizar el sonido de The Cure, U2, New Order o Love & Rockets, y combinarlo con The Strokes e incluso The Killers. En su carrera hacia la fama, Sam Endicott (vocalista del grupo y también productor) ha conseguido que su grupo suene como debe sonar, o mejor dicho, como no debería.
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.