Que Nick Saloman hubiera tocado durante veinte años en bandas de diferente pelaje y nula trascendencia hasta ganarse un merecido (también relativo) reconocimiento con su proyecto más personal da una ligera idea de lo peculiar de todo cuanto rodea a este músico de culto que una vez definió a The Bevis Frond como “el intento de aproximarme a Jimi Hendrix, The Wipers y The Byrds desde un punto de vista británico”. Es muy posiblemente la más acertada definición de un proyecto que alcanza los 30 años de existencia y que con esa excusa se ha lanzado de cabeza a recuperar sus trabajos esenciales. En primer lugar y con motivo de la pasada edición del Record Store Day se reeditaron sus primerísimos lanzamientos, los “domésticos” “Miasma” e “Inner Marshland” ambos publicados originalmente en 1987, por el propio sello de Saloman, Woronzow. Ahora y vía Fire es el turno de los tres primeros discos “profesionales” de The Bevis Frond: “Any Gas Faster” (1990), “New River Head” (1991) y “London Stone” (1992).
Más allá de la purpurina y la fanfarria con la que solemos asociar a los 80, durante aquella década se vivió también un explosivo retorno a los sonidos psicodélicos documentado en recopilatorios de la época como “Battle Of The Garages”. Ajeno a aquel espíritu revivalista, Solomon había vivido en primera persona el nacimiento y la evolución del género además de asistir años después a la eclosión del punk y los modelos de autogestión. A The Bevis Frond todavía podremos encontrarles en alguna compilación de la época asociados a ese renacer de las camisas de paramecios y los flequillos imposibles, y eso posiblemente les (le) ayudó a convertirse en un nombre respetado en la escena de la época, llegando a firmar un contrato con Reckless con el que entraron por primera vez a grabar en un estudio. El resultado es “Any Gas Faster”, en el que con la única ayuda del batería Martin Crowley y ejerciendo de hombre orquesta, Solomon sentó las bases sonoras del proyecto y completó un doble álbum que sentó la medida (o tal vez “desmedida”) del resto de su obra: jams guitarreras, ecos del folk británico (enriquecidos por el sitar en “These Dark Days”) y psych rock de efluvios clásicos. Como recuerda en las notas interiores el propio Nick Saloman el tema que sirve para cerrar el disco, “Olde Worlde” es todavía de hoy el que suele poner punto y final a sus conciertos.
Todo el potencial que se adivinaba en ese primer paso por el estudio se concretó en “New River Head”, que se mueve entre ejercicios de proto-grunge (“Down In The Well”), garage-rock ortodoxo apoyado en el Farfisa (“Chinese Burn”) y sinuosos ejercicios de psicodelia kamikaze como ese cierre con “The Miskatonic Variations II”. Todavía hoy es el trabajo más ambicioso de The Bevis Frond (también el más certero), para el que Solomon incluso se tomó la libertad de invitar a amigos como David Tibet (Current 93) o el violinista folk Barry Dransfield a pasarse por el estudio. Pero, planteado originalmente como una obra que se acercaba a las dos horas de duración, “New River Head” terminó siendo mutilado a la hora de ver la luz por exigencias mercantiles. Esta edición de Fire no sólo no muestra por primera vez tal y como fue concebido, sino que incluye ocho temas adicionales más (demos, caniones incluídas en EPs de la época,etc.).
Precisamente el desencuentro con Reckless a propósito de la edición de “New River Head” y, en líneas generales, de la ambición de The Bevis Frond, llevó a la ruptura y el retorno a la autoedición. Solomon retornó a Gold Dust, los estudios en los que prácticamente ha registrado toda su obra, para completar un trabajo que desde la inicial “Coming Round” hace palpable una cierta relajación: la voz cobra importancia, la producción más espaciosa y, en sintonía con los tiempos, se percibe cierta evolución hacia el hard setentero. Más Seattle y menos UK, en definitiva (en las notas interiores llega a citar a Mudhoney), con salvedades como ese nuevo ejercicio de british folk que es “Lord Of Nothing”. Como en los dos casos anteriores anteriores, la reedición de Fire viene bien surtida de extras.
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