A raíz de la publicación de este disco, me decía un amigo: “ya no salen bandas como Hefner”. Y yo me quedé sorprendido, pensando que si ya se puede sentenciar algo así de una banda como Hefner es que la generación indie se está haciendo mayor. Y yo viejo.
Pero entonces lo piensas y resulta que es verdad, que cada vez hay menos bandas capaces de encontrar un sonido personal y mantenerlo a través de una carrera consistente plagada de buenas canciones, sin morirse de hambre ni corromperse. Con todas las canciones juntas -y pese a que hacia el final ya se agotaba su capacidad de sorpresa- se aprecia el fresco completo que pintó Darren Hayman: una vida diaria de colores sencillos y crudos, a veces tristes y desvaídos pero siempre cercanos y domésticos. Y luego cambió de vida y sólo nos queda el recuerdo. Y algunas tomas alternativas de sus mejores canciones que vienen como bonus. Si hasta me gusta la “versión didgeridoo” de “Pull Yourself Together” es que, en efecto, ya no salen bandas como Hefner.
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