Thurston Moore ha dado varios bandazos creativos desde que se hiciese efectiva la disolución de Sonic Youth, apostando primero por “Demolished Thoughts” (Matador, 11), álbum introspectivo y afable producido por Beck, y siguiendo con el debut homónimo de Chelsea Light Moving el pasado año. Ahora llega el turno para un trabajo firmado en propiedad en el que al fin despliega, sin tapujos y en pleno apogeo, su personalidad preferente y más reconocible. “The Best Day” es, por tanto, un disco ruidoso y contundente a la antigua usanza, que además destila un constante aroma a los noventa en el que las distorsiones cobran vida propia a lo largo de esos extensos desarrollos tan del gusto del autor. Un latigazo eléctrico de puro nervio donde Moore se toma sus habituales licencias, contentando de paso a los seguidores de la banda que dirigió durante años.
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