Las nuevas generaciones canadienses ya no quieren ser Neil Young. Ahora quieren ser parecerse a Arcade Fire y crear atmósferas personales y envolventes sin -como le pasaba al post-rock- renunciar a la melodía.
Lo malo –aunque tampoco está tan mal- es que puedes acabar pareciéndote más a los Super Furry Animals y su psicodelia aeroespacial; lograda pero, no lo neguemos, de vuelo más corto que la de los de Montreal. En el segundo disco de esta banda, también de Montreal, cabe todo esto, incluso Neil Young. Y hasta cierta vista atrás a las armonías de los Beach Boys, el reverb nostálgico de Roy Orbison y el aire psicoespacial de Pink Floyd. No me digan que con esto último no se convencen de que va a sonar a SFA... Pues tampoco del todo, porque aunque sean el caballo negro parece que a algunos les van más los blancos y se sacan un par de riffs hard-rockeros de mucha consideración. La capa guitarrera de “And You Lied To Me” acaba pareciendo un solo de los Scorpions fuera de lugar y en la de “Devastation” se nota que tocan miembros de Godspeed You! Black Emperor. Vaya si se nota. En fin, se necesita una buena boca para tragarlo entero de un sólo bocado (aunque dura apenas cuarenta y cinco minutos) pero la digestión será lenta y placentera.
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