Va a ser que el síndrome del segundo disco es una epidemia en el Reino Unido. Y eso que pensábamos que con The Rakes podía ser diferente. Precisamente porque no tuvieron la repercusión de otros y por su genuino carácter de clase media baja. Pero “Ten New Messages”, en el que cabía esperar cierta progresión, aporta poca cosa respecto a su debut y si acaso difumina algunas de sus virtudes. Más cerca de los ritmos de la new wave y con un sonido menos ampuloso, Alan Donohoe y compañía regalan algunos grandes mementos. Singles más o menos efectivos de ajustada inspiración como “We Dance Together” o “The World Was A Mess But His Hair Was Pretty”, pero en general el disco suena algo fofo y complaciente, sin la inspiración suficiente. Intentan recuperar el nervio de “22 Grand Job” en cortes como “On A Mission” o “Time To Stop Talking”, pero al final suenan más honestos y creíbles en cortes tipo “Little Superstitions” -dejando de lado los singles, lo mejor del álbum- o “Suspicious Eyes”, ambos lejos de “Capture/Release”.
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