“Viva!”, su disco de debut, aparecido en la pequeña discográfica Bankrobber, dividió a la prensa en detractores e incondicionales.
La música de Carles Sanjosé es de esas que no dejan indiferente: uno puede quedar seducido a la primera por un mundo lleno de incursiones amorosas y crisis existenciales (puntuadas, esporádicamente, por un saxo muy acertado, como en “De Girona al Japó” en su anterior trabajo o por “Coses meves” en el presente). “Temps i rellotge” cambia mujeres por obsesiones laborales, vistas tanto del punto de vista de la rabia de tener que ir a trabajar de lunes a viernes (“Dia a dia a dia”) o de quien, los fines de semana, se dedica a pasear en coche (“Baix Ter Montgrí”) o se relaja deambulando a pie (“Diumenge”). La paleta musical es ampliada sensiblemente: pasamos del soul cálido de “Temps o rellotge” al tanguillo de “Perdó”, al villancico de aire country (“Polvorons amb mel”) o –como dice el propio Sanjosé– “a la rumba del oeste americano tocada a Caléxico” (“Set dies”), canciones todas ellas coronadas por las guitarras marca de la casa –es decir, tocadas con una sensibilidad y un gusto insólitos– complementadas por una banda que ha crecido y que en este segundo disco suena más compacta.
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