Nueve canciones. Apenas veintitrés minutos. Siendo egoístas dan ganas de ponerse a reclamar, especialmente a aquellos de nosotros que llevamos tiempo esperando el debut de los mallorquines –aunque residentes en Barcelona- Beach Beach. Serán vagos, piensas de entrada. Pero “Tasteless Peace” compensa su brevedad con una intensidad increíble a todos los niveles. Entre líneas, hay una cantidad de referencias abrumadora: el homenaje a Maria del Mar Bonet de la portada, unas influencias que van de Any Trouble a Japandroids, de Sarah Records a Algernon Cadwallader. Y luego están las melodías y esa energía trepidante que transmiten canciones como “Plants”, “Cards” o “Worries”, que de tan breves casi te obligan tácitamente a darle al repeat una y otra vez, o la emocionante “Monster”. Pero el debut del grupo de Pau Riutort (también en Extraperlo y Capitán) y Tomeu Mulet (pluriempleado en Der Ventilator y Kana Kapila) es como el verano: nos pasamos los meses de frío deseando que llegue el sol y cuando se acaba, por muy bueno que haya sido, siempre nos sabrá a poco. De hecho, casi tan importante como su brillante debut, es la promesa que contienen estas canciones de cara al futuro.
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