El segundo disco de TANO! se ubica en el terreno de las no-casualidades, es decir, las causalidades donde nada sobra ni nada falta en 20 minutos de infarto. El dúo catalán ha conseguido comprimir pasajes musicales como nadie, desbordando creatividad a raudales en un álbum vertiginoso que salta a la yugular desde el principio.
Al furioso screamo de "Mala Llavor" y "Estels Oposats" le siguen tres temas instrumentales que andan más frescos que Kilian Jornet, incorporando las sílabas "tano" en sus títulos, como va siendo ya tradición. "Stanoley Kubrick" representa el perfecto ejemplo de canción sin voz, usando característicos efectos de pedales en momentos clave e incorporando detalles tribales y pasajes melódicos que van a sorprender a los primerizos fans de la banda.
Los primeros cinco temas desembocan en otra sorpresa aún mayor. perfectamente ubicada a mitad del camino, la diabólica canción "L'Ampolla del Vi Blau" apunta a himno atemporal, además de abrir definitivamente a TANO! a nuevos horizontes y de proporcionar al oyente un oasis energético-místico totalmente necesario para encarar con garantías la escucha de la segunda mitad del disco.
Es quizás "John Travoltano" el track donde los contrastes se agudizan más, en una sucesión de thrash metal, vals apunkarrado y pajareo al que le sigue la vuelta a casa de "La Gran Riuada" y sus guiños a unos imaginarios Refused pasados de vueltas. "El Pou de les Rates" se nutre otra vez de un inicio frenético, con una emblemática segunda parte de cortante punk vibrante. Finalmente, "Les Ruïnes del Demà" cierra de una forma sublime e inesperada un disco que supone un verdadero desafío al espacio-tiempo y que requiere la máxima atención para no perder detalle de una obra destinada a redefinir eso que a veces se conoce por underground.
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