Más de nuestro John Talabot que del sueco Axel Boman tiene este "The Night Land" que firman conjuntamente -en su esperado debut en largo formato- como Talaboman, tras haber publicado aquel celebrado "Sideral EP" en el sello catalán Hivern, allá por el 2014, que les puso en el punto de mira de toda -y cuando digo toda es absolutamente toda- la escena electrónica underground que se pirra por el house en sus vertientes más deeperas, futuristas y mestizas. Y es que esta colección de ocho temas -que publica el prestigioso y exigente sello belga R&S- tiene dos caras -norte y sur- claramente diferenciables pero relacionadas de una forma entrañable y a la vista. Una, la más agradecida y talabotiana -por movida, hipnótica, africana y clubby- que es la que sustancian temas como "Samsa", "Brutal Chugga-Chugga", "Loser Hymns" o "The Ghost Dod" (excelente corte, quizá el mejor del álbum) frente a la introspección sensible, marciana y rarita de "Midnattssol" y "Dins el llit", entre otras, en las que se aprecia más la mano -y máquinas- de este selecto productor de Estocolmo. Por eso, y cuando más se le nota que van a pachas -caso de la magistral, amable y crepuscular "Safe Changes" y en el krautrock ahouseado de "Six Millions Ways"- es cuando quizá Talaboman brilla más para placer propio y ajeno. En cualquier caso lo mejor de "The Night Land" es, además de la gran expectación levantada entre la parroquia electrónica oriunda y foránea, su frescor cósmico, lo libre de su alma, su preclara ausencia de ambición. No hay más, que nadie le busque concepto o trasfondo que no lo encontrará, ¿pero acaso es necesario? Y todo ello, gracias al talento innegable de sus dos autores -ambos en gran estado de forma sonora- conforman un trabajo altamente orgánico y desprejuiciado en el que la improvisación -elemento clave en su concepción y desarrollo- eleva su capacidad de ensoñar, e incluso fascinar, hasta cotas siempre notables, rayano en lo sobresaliente.
"The Night Land" encantará a los iniciados y rayará a los ajenos. Con todas las consecuencias. Esa es su gran virtud, así son Talaboman. Y ahora a buscarlos encima de un escenario, ahí será donde el repertorio del dúo tomará vida ante nuestros ojos.
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