Al final el de las gafas de pasta ha convertido el estereotipo en realidad y se ha erigido en el más listo de la clase. El productor de moda que se rifan estrellas del firmamento pop como Taylor Swift, Lana del Rey o Lorde, sabe desde hace tiempo lo que es acariciar el éxito y aupar singles a lo más alto de los charts. Solo hay que recordar aquel mítico “We Are Young” de su anterior banda fun., junto a Nate Russ (The Format) y con Janelle Monáe como invitada especial, que reventó el Billboard en 2011 y los puso en boca de todos. Desde entonces ha pasado toda una década en la que Jack Antonoff no ha perdido el tiempo para nada, logrando un éxito laboral tras otro que le ha concedido la facultad de hacer lo que le da la gana. Lo merece. Y es que si por algo destaca este ‘Take The Sadness Out Of Saturday Night’ es precisamente por eso: por la libertad que se respira en sus surcos. Un 'voy a hacer lo que me rote' a lo largo de diez temas que me lo he ganado y ya nadie puede toserme.
‘Take The Sadness Out Of Saturday Night’ es un disco variado pero cohesionado. Es un tercer trabajo como Bleachers que aúna lo expansivo con lo íntimo y sabe salir airoso de ello. Y es que Jack Antonoff ha sacado su peculiar libro de estilo y ha demostrado ser algo así como el eslabón perdido entre el pop indie-mainstream nítido e impecable que se factura hoy en día, con el indie-pop expansivo e imperfecto de los albores del milenio que protagonizaron bandas como The Dandy Warhols, Modest Mouse, The Shins o Broken Social Scene. Solo hay que escuchar temas con la festividad saltarina de “Big Life” o “Stop Making This Hurt” para darse cuenta de ello.
Sin embargo, no todo es espíritu burlón en el disco y es justo en el tramo final del mismo cuando Antonoff se nos pone tierno. Es ahí cuando demuestra porqué se ha granjeado la confianza de cantantes que hace de lo bello y delicado un sayo. Canciones como la acústica “45” la delicada “Strange Behavior” o ese broche en bordado clásico y orquestado que es “What'd I Do With All This Faith” muestra esa otra cara de Antonoff, la que permanece ligada a la muerte por cáncer de su hermana Sarah cuando esta contaba con trece años y él estaba finalizando la secundaria. Una de esas desgracias que te golpea de una forma tan brutal a ti y a tu familia, que te acompaña de por vida y deja marca en todo lo que haces. Te da cierta sensibilidad especial para encarar según que versos y composiciones.
He dejado para el final comentar la otra huella profunda del disco: la que marca y deja un titán como Bruce Springsteen en un medio tiempo contenido como “Chinatown”, pero también en el sonido global del álbum que, como ejemplo, tira con acierto del duelo saxo-guitarra en el exitoso single en el que debería convertirse “How Dare You Want More”. Tema que recoge el sentir más festivo y jammy de la E Street Band que deja impronta en más de una ocasión en la música de Bleachers. Y es que como buen nativo de New Jersey, Jack Antonoff sabe muy bien de dónde viene y sabe hacia donde va.
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