Cada vez queda menos de aquel trío de hermanos que en 2008 nos sorprendían con un álbum de debut en el que nos asombrábamos de que tres adolescentes fueran capaces de rebuscar en la música de antes de la mitad del siglo anterior para crear una propuesta que se convertía en la gran esperanza blanca de los sonidos oldies.
Aquello pasó, y disco a disco, los Durham (apellido por el que responden los tres hermanos) han ido perdiendo frescura. Hasta el punto de que en este "Superscope" son difícilmente reconocibles. Y es que, en el momento en que el trío ha decidido modernizarse e ilustrar su disco con una producción más actual, como es el caso, han acabado convirtiéndose en “uno más de la tropa”. Otra banda más intentando subirse al carro liderado por el sonido The Black Keys y sucedáneos. Ni rastro de autenticidad. Cualquier atisbo de aquello que los hacía especiales se ha perdido. Canciones como «Just One Kiss», «Down On My Knees» o «Whole Lot Of Love» podrían haber funcionado con otros arreglos y otro tratamiento en estudio, pero aquí se quedan en simplemente resultonas. Así que veremos hacia donde van las cosas, pero, desde luego, me gustaban bastante más cuando algunos los acusaban de ser simples ejercicios de estilo. Yo me lo replantearía todo un poco o acabarán siendo pasto del olvido en cajas de discos de segunda mano. Al tiempo.
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