Supergrass irrumpieron en escena coincidiendo con el máximo apogeo del Brit-pop, para terminar formando parte indispensable del movimiento sobre todo en base a un estreno tan descarado e intenso como “I Should Coco” (Parlophone, 95). Influencias como las de Small Faces, Madness, The Clash, Buzzcocks o T. Rex se entremezclaban y enriquecían la entrega, aunando (y remarcando) contundencia, pop juguetón, glam de mercadillo e irreverencia en el mismo lote. Tal conjunción resulto irresistible, sobre todo teniendo en cuenta el impresionante momento creativo del grupo, concretado en un álbum de trece canciones que funcionaba como sólido conjunto de continuado ímpetu y ritmo acelerado.
El trío de Oxford debutaba así haciendo apología de una juventud desenfrenada y descarada, con Gaz Coombes, Danny Goffey y Mick Quinn encandilando gracias a toneladas de frescura, buen humor y diversión, sin sacrificar en ningún momento una calidad fuera de toda duda. De este modo los británicos presentaban una referencia tremendamente fresca y encantadora, que abogaba por un hedonismo desprejuiciado que poco tenía que ver con la trascendencia autoimpuesta por compañeros más o menos generacionales como Oasis, Suede, The Verve o incluso Blur.
La fuerza de las propias canciones supuso el éxito inmediato de público y crítica, con el elepé motivando el flechazo en una época en la que todavía se escuchaban los discos enteros. Era la consecuencia de una serie compensada e ininterrumpida formada por piezas como “I'd Like To Know”, “Caught By The Fuzz”, “Mansize Rooster”, “Alright”, “Lose It”, “Lenny”, “Strange Ones” o “Time”, todas ellas joviales, dotadas con estribillos alocados y de apariencia luminosa. No en vano fueron hasta seis los sencillos extraídos del disco, en tiempos donde la venta de singles tenía casi la misma importancia (al menos a la hora de medir la popularidad) que el propio álbum.
Veinte años después la obra mantiene el vigor y sigue presumiendo de sus atractivas y despreocupadas licencias. Un aniversario celebrado con el lanzamiento de una edición especial en triple CD que, además de compilar versiones alternativas, caras B y otras rarezas, incluye dos conciertos completos del grupo (en el Moles británico en 1994 -antes incluso del lanzamiento del disco- y en el festival francés La Route du Rock al año siguiente) como interesantes añadidos.
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