Desafortunadamente, el tiempo ha jugado en contra de Grandaddy. Aunque apenas han pasado tres años desde aquel formidable, ejemplar “The Software Slump”, envidiable conciliación entre alienación electrónica y pulso orgánico instrumental, lo cierto es que “Sumday”, su nuevo álbum, echa por la borda parte del territorio ganado.
Lo que antes era atrevimiento, inspiración melódica, pasión por la aventura y emoción directa, a piñón, ahora deviene tedio, conservadurismo, redundancia y apelmazamiento. Estos Grandaddy simplemente repiten los esquemas que ya dinamitaron con instantes de genio en su álbum anterior, pero con menor gracia y mucho menos atino melódico.
Su potencial les impide firmar una obra mediocre, pues no resulta difícil tropezar con tres o cuatro canciones de primera fila; aun así, esa misma capacidad de expansión y crecimiento expresivo resulta el principal motivo que nos obliga a contemplar este disco como un paso en falso en el engranaje de una trayectoria que ahora se sitúa en stand by.
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